Nos acompañaran nueve participantes desde Nueva York, España, Argentina, varios otros lugares.
El texto que escogimos para hoy fue “Entre Irse y Quedarse” por Octavio Paz. El poema se leyó dos veces y después tuvimos un rico debate con diferentes interpretaciones del mensaje del poema.
Se notó que el poeta habla de dos tipos de tiempo—todo lo que es objetivo (la duración del día) y lo que es subjetivo (latir del tiempo que en mi sien repite la misma terca sílaba de sangre). También hablamos sobre la “pausa” en que hemos vivido desde que empezó la pandemia. Hay una sensación de querer regresar al pasado; creemos que ese pasado nos espera. Pero el problema es que no podemos volver a ese pasado. Hay que vivir en el presente. Si nos modificamos por lo que hay una continuación de la vida. El poema nos muestra que hay que seguir el ritmo de la vida.
La propuesta de escritura fue “Escribe sobre un tiempo de incertidumbre”. Las respuestas fueron variadas y en la sombra del texto. Alguien escribió sobre la certeza que somos inciertos. Otro texto personal sobre la muerte; un cuento universal porque todos vivimos con la mayor certeza que eventualmente nos vamos a morir, pero aun hay tanta incertidumbre en la enfermedad. Otro texto tenía que ver con el cambio del cuerpo, con la aceptación del las nuevas limitaciones.
Aquí, ahora alentamos a los participantes que si así lo desean, compartan lo que escribieron a continuación. Deja tu respuesta aquí, si deseas continuar la conversación sobre el poema de Octavio Paz. Pero antes, les recomendamos tener en cuenta que el blog es un espacio público donde, por supuesto, no se garantiza la confidencialidad.
Por favor, únase a nosotros en nuestra próxima sesión en español: El sábado 5 de febrero a las 13 hrs. o a la 1 pm EST (hora de Nueva York). También, ofrecemos sesiones en inglés. Ve a nuestra página de sesiones grupales virtuales en vivo.
¡Esperamos verte pronto!
Entre irse y quedarse por Octavio Paz
Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.