Nos reunimos 4 personas, desde Miami, España, Nueva York, y Alabama.
Trabajamos sobre un poema UN GATO EN UN PISO VACÍO, de Wisława Szymborska, 2002, Poesía no completa, traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia.
Una participante pensó, en una primera lectura, que el poema era solo sobre la muerte. Pero después vio el contraste de la esperanza, de lo que va a hacer el gato cuando regrese el dueño, es como un puente. Lo fue viendo como si uno muere de muchas maneras, como una metáfora, el morir es metáfora.
A otra persona le pareció que el poema es muy explícito y que los gatos echan de menos a sus amos. Otra participante mencionó que hay muchas contradicciones.
La búsqueda desesperada del gato por su dueño (“Se ha buscado en todos los armarios… Incluso se ha roto la prohibición”) revela tanto su incomprensión como su determinación. El acto de desordenar los papeles, violando una regla establecida, sugiere la desesperación que supera incluso los hábitos aprendidos. Alguien notó que, aunque el gato tiene libertad, busca su dueño.
El gato imagina el reencuentro futuro, planeando mostrar su dignidad ofendida “con las patas muy ofendidas”, sin saltos ni maullidos inmediatos. Esta fantasía de reproche futuro revela la incapacidad del gato para aceptar la permanencia de la pérdida. Varios participantes mencionaron que el gato está enfadado al final.
Una participante notó que las acciones parecen metáforas al duelo—buscar papeles, fotos, rondar el apartamento, etc. También vimos que no hay ni un signo de interrogación ni punto de exclamación. Otra persona comentó que si el poema los tuviera, forzaría nuestra atención hacia allí, dictando a qué prestamos especial atención.
Hablamos de que el gato busca en el piso y el dueño a muerto. Se pregunto porque un gato y no un perro y alguien contesto que el gato es más silencioso, muy apegado a su dueño.
La propuesta de escritura fue: Escribe sobre un momento de ausencia. Se escribió sobre el dolor que causa la ausencia. Del viajar para estar con una familiar antes de la muerte. De plantar las preguntas de la ausencia que no estaban en el poema. Y una carta a la presencia antes de llegar a la ausencia. Para expresar la ausencia hay que haber la presencia, esta es la dicotomía.
Aquí, ahora alentamos a los participantes que, si así lo desean, compartan lo que escribieron a continuación. Deja tu respuesta aquí, si deseas continuar la conversación sobre el poema de Wisława Szymborska. Pero antes, les recomendamos tener en cuenta que el blog es un espacio público donde, por supuesto, no se garantiza la confidencialidad.
Por favor, únase a nosotros en nuestra próxima sesión en español: El sábado 15 noviembre a las 13 hrs. o a la 1 pm EST. También, ofrecemos sesiones en inglés. Ve a nuestra página de sesiones grupales virtuales.
¡Esperamos verte pronto!
UN GATO EN UN PISO VACÍO por Wisława Szymborska.
Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
Credit: de Wisława Szymborska 2002, Poesía no completa, traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia